Un bolígrafo. Todos deberíamos llevar uno en todo momento encima. Aunque le quitemos el tubo de tinta interior, la forma del bolígrafo es idónea para presionar sobre los puntos vitales de nuestro agresor, provocándole un daño muy agudo. Su uso sería igual al del Kubotán, es decir, se empuña y se utiliza presionando el punto vital, no clavándolo ni produciendo cortes.
Un simple paraguas tiene muchas más funciones como arma Kyusho. Tiene una forma que da lugar a pensar si realmente no fue desarrollado como arma para artes marciales. Desde su extremo o mango curvado, que a la vez que nos aportan un fuerte agarre, nos facilita el bloqueo de las extremidades y el cuello del agresor. Su longitud, variable pero apta para golpear longitudinalmente. Y, por último, su punta que, al igual que el bolígrafo o el Kubotán, podrá satisfacer la necesidad de atacar sobre un punto vital incluso a una distancia considerada.
Un mero bolso. Mejor aún cuando su correa se puede quitar. Siempre recomiendo tener la cartera, con la documentación y el dinero, en un bolsillo aparte por si el bolso cayera en manos del agresor. No solamente por la pérdida del dinero o tarjetas de crédito, ni si quiera porque gracias a nuestra documentación el agresor podrá saber dónde vivimos, y, en definitiva todos nuestros datos personales. Sino bajo algunas circunstancias será una buena ventaja sobre el agresor, no ya el golpearle con él, sino como método de despiste al tirárselo a la cara para poder huir, o tirarlo lejos de ti para que, si se trata de un atracador, su atención se concentre en ir a por el bolso, alejándose de ti y dejándote en paz en muchas ocasiones.
La correa del bolso viene a ser práctica cuando de agarrar una de las extremidades o el cuello del contrario se trate; y muy atractiva cuando se aprende a hacer con ella un nudo deslizante que nos permita, una vez inmovilizado el agresor, poder atarle las manos, o su mano con el pie contrario si se encuentra de espalda en el suelo.
El cinturón se usará de una manera análoga a la de la correa del bolso a la hora de capturar o inmovilizar al agresor. Cabe destacar que los cinturones poseen mayor fuerza de agarre gracias a su material, es más doloroso como látigo, y suele terminar en una hebilla que puede ser bien utilizada cogiendo corto el cinturón, casi como si de un nunchaku se tratara.
Laca, perfume, etc. Sobre todo si contiene alcohol o alguna sustancia corrosiva para los ojos. Su funcionamiento es análogo al de un spray antivioladores. Conviene tenerlo destapado ya en el bolso, y comprarlo en un formato mini.
Un llavero. No debe contener las llaves de tu casa ni mucho menos las del coche. Deberá ser un llavero macizo, bien cargado de llaves, e incluso mejor si se trata de la o las llaves antiguas de hierro que se usan para muchos roperos y puertas interiores. Si lo vas a utilizar como arma persuasoria tirándosela a la cara ten muy presente que no tenga fotos de ti, ni de tus personas cercanas, tampoco datos, y como comenté antes, tampoco llaves de tu casa o coche.
Es muy eficaz como si de un nunchaku corto se tratara, un golpe en seco en la cara, manos o articulaciones de tu agresor le producirá un dolor intenso en la zona, e incluso bien dado, pérdida de la noción momentánea. En el llavero se suele llevar el Kubotán, aunque las llaves grandes y alargadas pueden utilizarse en su misma función.
El tacón. Ese gran aliado y a la vez tan molestoso artefacto de mujeres. ¿Son caros tus zapatos? Da igual, úsalo, ya sea sin quitártelo del pie pisándole sobre su empeine, como con un taconazo en en espinilla (tibial). En tus manos será si cabe más versátil pudiéndolo usar como punzón sobre los puntos vitales de tu agresor. No dudes en quitártelos para echarte a correr por muy caros que sean y muy a la moda que estén. Tampoco tienen desperdicio como objeto arrojadizo, y, para colmo, 2 mejor que 1.
Una simple linterna no solamente puede usarse para propinar un golpe en seco al agresor, sino como cegarle. En general todos los aparatos destellantes, ya sean las luces de carretera de tu vehículo, como una lintera, como un puntero láser, puede destellar, aturdir y cegar a tu enemigo el suficiente tiempo como para tú poder huir o atacarle.
Y... en definitiva, cualquier objeto puede servir como un arma si se utiliza bien. Allá tan largo será tu arsenal, como tu imaginación.